El Museo Latinoamericano Andrés Eloy Blanco se alejará de la lógica y
racionalidad de la modernidad, estructurada, cerrada y finita, con énfasis más
en las semejanzas de las comunidades y grupos culturales que en las diferencias
presentes en la sociedad. En cambio, más cercano a la lógica pos-moderna explorará
diferentes temáticas que dentro de su ámbito de acción evoquen el
relativismo, la irracionalidad, curiosidad, la subjetividad del individuo;
enfatizará más la diferencia cultural que las semejanzas. Su orientación
expositiva real es más constructiva, sin recorridos obligatorios, de apertura
para el usuario/visitante. De manera virtual sigue los mismos preceptos pero
enriquecidos por la multimedialidad.
La
concepción del discurso museístico explora más lo sugerente que lo afirmativo,
más la evocación que lo canónico, más la interrogante que lo ortodoxo. Las
narrativas se apartan de la linealidad, orientadas a la polémica, a partir de
proyectos abiertos, contradictorios, parciales, no jerárquicos, de interacción
entre lo seguro y lo impredecible, habitual y sorprendente. En tal sentido se
aparta del discurso lineal contentivas de intereses e intencionalidades.
La información es un elemento de primer orden en tanto recurso para la experimentación, de iniciación a las potencialidades críticas ante los objetos. Busca la inserción real o metafórica del hipertexto en los discursos expositivos. Apertura posibles caminos de interés para generar espacios dialógicos. La información no propone una lectura autorizada, de experiencia pasiva ante el texto, sino interactiva, de disentimiento, interrogante.
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