lunes, 28 de septiembre de 2015

El impacto de la institución

Bajo este enfoque, resulta explícito a través de las concepciones que articulan su desempeño, así como de la relación de muchos de sus componentes con la sociedad tal y como se explica a continuación.
Con respecto a la concepción de la disciplina base: la museología crítica, el museo se contextualiza dentro de una amplia deliberación y confrontación sobre sí mismo y su función social. Alienta la consideración del ámbito museal para el despliegue de la crítica, la reflexión y el hacer, en una permanente construcción de subjetividades.
Por su enfoque predominante, el sociocultural, se sustenta en evidencias culturales materiales e inmateriales, también intangibles; en ese sentido se aparta de la modernidad, de sus interpretaciones sesgadas, narrativas de lógicas predeterminadas e ideologías excluyentes.

De acuerdo con sus propuestas de representación el museo busca la homologación de procesos mentales complejos, interactivos y contextuales. El lenguaje se caracteriza por una mayor riqueza expresiva y natural.


Imagen extraída de: http://saludfuturo.com/wp-content/uploads/2015/08/IDEAS-MIL.jpg
En cuanto al sistema de clasificación, tanto de objetos como de documentos digitales, más que ser científicos y tradicionales, deben partir de propuestas de ordenación o “clasificación genérica”, como medio de organización de las ideas que facilite la incorporación de elementos tangibles e intangibles, además de permanecer abierto a propuestas colaborativas, de participación social, alternativos y críticos.
La amplitud de su perspectiva sobre la democracia cultural aboga por involucrar en los procesos de la institución también a las minorías y excluidos de cualquier índole. Apuesta al mejoramiento de la calidad de vida de todos, pero enfatiza en explicitar los conflictos y la exclusión existentes en la sociedad.


El museo como elemento de mediación entre la sociedad y su patrimonio se erige como un espacio provocador, idóneo para la introducción de aspectos contradictorios, polémicos y zona de encuentro. Lugar, donde los términos de lucha y conflicto constituyen puntos de partida para entender las formas de conocimiento.

Imagen extraída de: http://www.barcinno.com/wp-content/uploads/2013/04/Entreprenuers-sharing-ideas.jpg
Por su alcance, el museo considera la necesidad no sólo de propiciar la incursión de la sociedad en el museo, sino la expansión del museo hacia la esfera social local y universal a través del potencial que ofrecen las TICs. De ahí que en su proyección institucional el museo no concibe su trabajo para los públicos sino que desarrolla plataformas, estrategias, proyectos o procesos con y desde los públicos para favorecer modelos transformacionales.
En su concepción de lo museable, el museo rebasa la simple materialidad de los objetos y escenarios patrimoniales materiales; para ello debe ser capaz de propiciar la consideración de lo intangible, el patrimonio inmaterial (poética, narrativa, historias, leyendas, creencias, tradiciones culturales, entre otros). La institución deviene en medio capaz de establecer vínculos significativos entre los objetos, el contexto de su producción y el mundo de las ideas que lo circundan.
De acuerdo con su función educativa el museo está llamado a ser una gran comunidad de aprendizaje, ideal como espacio de discusión y proyección de las transformaciones necesarias para la vida. Para ello, privilegia determinadas concepciones de la pedagogía crítica en el desarrollo de experiencias educativas no formales.
La función comunicativa del museo, además de recurrir a las prácticas de tradicionales con el propósito de asegurar la comunicación con los usuarios/visitantes, utilizará los sistemas electrónicos como práctica de mediación. Privilegia el conjunto de posibilidades multimediales de la Web 2.0 y las redes sociales.
A partir de esta realidad comunicativa en la relación usuario-museo, se produce una importante transformación: La ruptura de los moldes tradicionales de la homogeneidad cultural entre sujetos. Las comunidades no conforman tipologías de públicos a los cuales se deben involucrar y garantizar el acceso por igual; por ello, la relación usuario-museo se orienta hacia comunidades de intereses y dentro de ellas a la individualidad del usuario con estrategias que propicien espacios dialógicos desde la diferencia cultural.




En cuanto a la concepción de la exposición en tanto primer elemento de mediación con los usuarios/visitantes será una vía de validación y legitimación de la colección para la sociedad, espacio de discusión. La programación será expresión de una renovación periódica. La dinámica expositiva se asienta en complejos sistemas de referencialidades y de resignificación, que potencian la interlocución entre objetos y usuarios/visitantes. Posibilita lecturas mucho más azarosas y arbitrarias.


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